Por Octavio González, presidente Partido Humanista
No había que ser muy talentoso para sospechar que las primarias municipales de ayer domingo serían un verdadero desastre, sin duda, la gente consideró que era más interesante celebrar el día del padre, mucho más entretenido ver una película o mejor aún, ver ilimitadas veces los resúmenes del partido de Chile.
Y así fue, votaron menos de 300 mil personas, entre los 9 partidos que componen estas dos fuerzas políticas y, no lograron ni siquiera ciertos mínimos, ni sus propios militantes fueron a votar.
Fue el primer proceso eleccionario post Penta, Caval y SQM. La señal fue clara y contundente, el abandono del servicio público, la corrupción, el empoderamiento mal direccionado, el abuso del poder, la politiquería liviana y carente de principios, ya no es una moda aceptada, algo pasó ayer, que solo podremos clarificar en octubre próximo, en las elecciones municipales abiertas y libres.
El gobierno consideró que, para sobrellevar el chaparrón de corrupción, era fundamental liberar una agenda de transparencia. Otra vez improvisaron y dieron agilidad a ley de funcionamiento de partidos políticos, sin considerar las opiniones de los partidos políticos que estamos fuera de la Nueva Mayoría y la derecha, todo muy a la medida de ellos (los 9 partidos hegemónicos).
Esta situación también incluyó el financiamiento a los partidos políticos, lo que significa la auto solvencia de ellos mismos, y primarias municipales, que les resultó mal y terminó siendo un notable AUTOGOL. La agenda de transparencia tuvo mala condición de origen, malos redactores y peores intereses.
Una buena agenda de transparencia política debe traspasar los intereses propios de cada partido, priorizar el buen espíritu y preponderar las luchas ideológicas como fuente de propuestas electorales.
Terminar con la reelección indefinida de; concejales, alcaldes, diputados y senadores, bajar los sueldos y beneficios de los parlamentarios, el cumplimiento obligatorio de las promesas electorales y la revocación de los cargos, solo así, la política dejará de ser un negocio y comenzaremos con una política de Servicio público para la gente y con la gente.
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