El nuevo gobierno de nuestro país, lejos de ser la herencia de las movilizaciones previas al 19 de octubre, más bien representa una respuesta popular urgente ante el riesgo de la instalación en La Moneda de un fascismo inminente.

 

Y hoy este gobierno, ante la falta de un proyecto claro, por las renuncias y concesiones programáticas con las que logró el “apoyo” de la ex concertación para el balotaje, lo vemos chapotear en la imposibilidad de mantener una agenda, en la que no termine reculando, justificando, protegiendo, y finalmente como en el caso de la Sra. Vega, desvinculando a su equipo directo de ministras y ministros.

 

Mientras las derechas hacen festín con este espectáculo, las agendas reales que le importan a la población, no están llegando con la misma celeridad, con la que la pobreza galopante va cubriendo los llamados barrios de “clase media”.

 

No solo se mantiene la nefasta mediana de sueldos histórica, (según informe de Fundación Sol: El 50 % de las personas que trabajan remuneradamente en Chile gana menos de $458 mil y 7  de cada 10 trabajadores y trabajadoras menos de $680.000 lı́quidos al mes); sino, que ese escuálido monto de dinero, ha caído en su capacidad de compra real en un 50%, en los productos y servicios que esa población trabajadora consume. Ni hablar de las y los desempleados.

 

El presidente dice que está en actitud de escucha, pero la pregunta es a quienes escucha, cuáles son las opiniones que tienen peso en su comprensión de tales escuchas. Sólo un dato, de todas las disculpas dadas, todas fueron hacia las derechas, y ninguna hacia el pueblo.

 

Así, se va incubando de manera lamentable, el pesimismo en la mirada acerca del gobierno en las personas que ocupan graderías más lejanas en este escenario político, o bien de los que alguna vez el bello Galeano llamó  “los nadie”.

 

“Los Nadie” allá desde muy lejos, y en lo estrecho del asiento más barato, o mirando desde afuera porque no se pudieron pagar la entrada, desde allá abajo y en el fondo de sus múltiples necesidades urgentes, donde simplemente no se tiene ni uno, resulta que tienen el 4 de septiembre, la posibilidad de tomarse la escena, dándonos una sorpresa y levantandonos la fe, demostrandonos que su mirada es mucho más hacia el futuro y sus posibilidades de avances, que resentida en cuanto al descarnado presente. Para ellas y ellos, las mayorías, no hay nada que perder.

 

Los Nadie esclavos del sistema neoliberal en Chile, votarán apruebo, o dicho de otro modo, serán millones los que suavemente pulsarán el cambio de época, que se nos grabó post estallido social en el corazón.

 

En el momento que una hoja cae de su árbol al pasar el otoño y se pudre en medio del invierno, pareciera ser que nada hay excepto la muerte… sin embargo, cada vez los ciclos de la vida nos sorprenden… algunos, cuando nos hemos acercado por experiencia a la partida de un ser querido, pareciera que hemos mirado dentro de la hoja que se cae.

 

Cada existencia tiene un ciclo, y cada ciclo otro dentro de él.

 

El proceso de cambio de época en el que en estos tiempos nos observamos, trae escondida la tarea de preguntarnos ¿qué es lo que sí queremos?

En esta época de mundialización donde pareciera que todo se va derrumbando, al mismo tiempo, se va generando un clamor profundo y sincero de les seres humanos en todo el mundo, y se va a activar el sistema de señales que hay en todes les seres humanes de esta época… eso está ocurriendo.

 

Mientras, vemos como en nuestro país, desde las sensibilidades nuevas y las ancestrales,  circunda en el aire el sentir de un pueblo oprimido, que ya no mira sus pies al pasar, sino que tiene los ojos en el azul (cielo) de su sabiduría, e imagina su tierra libre de capitalismo opresor y pide, por la fuerza para hablar en nombre de una nación, con la profundidad con que lo hace la mapuche… que es y será, la voz de un valiente de la tierra.

 

La violencia trae más violencia; y toda la democracia formal actual, es cómplice del dios dinero y su Modelo Neoliberal, lo que sólo puede ser superado, por el cambio con nuestra nueva constitución y sus siguientes normativas de ley.

 

Lo interesante de esto, será la forma cómo se abordarán los  diálogos, las escuchas, y las comprensiones para acuerdos sociales más libertarios, más revolucionarios, y no violentos, fortaleciendo la época con un registro de unidad, donde nos sabemos comunidad, y parte de un todo.

 

En las diferencias – a converger –  y para lo demás, democracia real, participativa y vinculante. Küme Mongen para nuestros pueblos.

 

Glady Mendoza – Cesar Anguita – Natalia Ibáñez

Comisión Política

Partido Humanista